HISTORIA DE UNA PLANTA CON ALMA
Hoy comparto con todos los lectores a modo
de homenaje a la estación de la primavera la historia de mi dracena.
Imagen del día 5 de abril de 2015 |
Esta planta tiene la friolera edad de 27 años.
Recuerdo que la compramos en el mes de noviembre del año 1988 y apenas media 20
centímetros, era un tronco y 6 hojas (lo del número de hojas es literal). Los
cuatro primeros años fue cogiendo altura, pero unas navidades mientras colocábamos
adornos navideños mis hijos y yo sufrió
un tremendo accidente, además de romperse maceta, tronco y “alma” pensamos que
había terminado para siempre. Aún así, decidimos que la plantaríamos sin tronco
sólo el “penacho” que parecía más vivo.
Así era en el año 1994 |
Los días fueron pasando, las hojas fueron
decayendo, sin embargo otras nuevas fueron surgiendo por el centro y pudimos
rescatarla tras varios meses de “cuarentena”. A veces he pensado que la pobre
tiene sentimientos porque decae en periodos en los que se le presta menos
atención, y no me refiero a los riegos, no, quiero decir la compañía.
La gratitud que manifiesta esta planta en
la familia y que nos ha acompañado desde los inicios de nuestro hogar, ella
estuvo antes que mis hijos, y sigue siendo testigo de todos los
acontecimientos: positivos y negativos, alegres y tristes. Y aunque me tachéis
de orate, creo que los baches malos los ha mostrado con mucho decaimiento, resurgiendo
de sus cenizas, cual el mismo fénix, en los momentos gratos. Recuerdo varios
momentos, especialmente difíciles, que me apetece enumerar:
1º.- La caída que sufrió en las navidades de 1991
y que ya he mencionado.
2º.- La ausencia de la familia cada año en periodos
vacacionales, aunque se la atendiese con los mismos cuidados.
3º.- La llegada en el 2001 de nuestra mascota
Luna, una gata siamesa, parecía como sentir que había ocupado su lugar.
4º.- En el año 2010 y como muestras de que ya
todos formábamos parte de la unidad familiar, nos sorprendió con su
espectacular brillo y con unas flores blancas que marean los sentidos, las
cuales se cierran por la noche y se van abriendo a lo largo del día. Alcanzan
su máximo esplendor hacia las siete de la tarde.
5º.- En el 2011 creo que participó de la enfermedad
que se llevó a mi padre, y eso que no convivía con nosotros, debíamos de
transmitirle nuestros pesares y tristezas.
6º.- En el año 2012, “resucitó” nuevamente,
estoy convencida que sube o baja, en función de los ánimos familiares.
7º.- En el mes de marzo de 2013 falleció la gata y….nuevamente
decaimiento, aunque tardo poco porque en mayo apareció nuestro pequeño gato Mimo,
un gato común, adoptado, y que más parece perro que gato, pues es alegre,
agradecido y algo “pendoncillo” le gusta estar todo el día en la calle. Estoy
segura que la pobre dracena se “alegró”de su compañía.
8º.- Hoy, nuevamente, me refiero a este año el
2015, cuando pensábamos que nunca más veríamos las flores de Dracena, nos ha
brindado de nuevo el espectáculo.
9º.- Tengo el convencimiento de que hoy vive su
máximo esplendor con su, mejor dicho, con nuestra familia: un padre, una madre,
un hijo, una hija y como no Mimo y Crispín. Bueno aclarar que Crispín, es otro
gato común que encontramos abandonado y que no sé si por ello o gracias a ello
es el gato más confiado del mundo mundial.
Año 2010 |
Año 2010 |
Año 2015, su segunda floración. |
Si pensáis que esto no merece una
recompensa es que no sabéis o no entendéis lo que puede beneficiar en la salud la compañía
de plantas y mascotas.