viernes, 22 de noviembre de 2013

LIBRO DE PAPEL O LECTOR ELECTRÓNICO.



En el mes de septiembre, me planteé si comprar o no un soporte electrónico de lectura, y después de mirar comparativas en revistas, foros y opiniones de amigos, decidí auto-regalarme uno, concretamente el de la tienda Amazon, que aunque no sea el mejor, tiene buena relación calidad precio.
Como amante de la lectura que soy, quiero compartir mis sensaciones, ventajas y desventajas de ambas opciones.


LIBRO DE PAPEL:
Ventajas:
  • Lo llevas a cualquier sitio sin casi asumir ningún riesgo.
  • Su tacto es más “amoroso” y me atrevería a decir que “romántico”.
  • Leer en ellos largas horas cansa los ojos, pero mucho menos que en el digital.
  • Lo intercambias o lo prestas más fácilmente a los amigos.
  • Después de comprarlo no tiene costes adicionales, como es el coste de luz para cargarlos, por ejemplo.
  • Lo puedes coger en cualquier momento sin miedo a que te quedes sin batería.
Inconvenientes:
  • Cuando vas teniendo muchos, se “dispara” el espacio necesario para guardarlos.
  • Se doblan y se deterioran con el paso del tiempo y si no llevas el cuidado adecuado.
  • Se llenan de polvo y ácaros, que en mi persona producen estornudos, sobre todo cuando los tomo prestados en las bibliotecas públicas.
  • Si empiezas a tener problemas de presbicia y su letra no es de un cierto tamaño, ya puedes actualizar tu graduación.
  • Si se te cae o cierra cuando lo estás leyendo y no has puesto marcador, tienes que “perder” un ratillo en reencontrarte. Es decir, es muy conveniente poner marcador.

SOPORTE DE LECTURA DÍGITAL (EL MAL LLAMADO LIBRO ELECTRÓNICO).
Ventajas:
  • Ocupa poco espacio, tanto el aparato en sí como el almacenamiento de libros, que puedes llegar a guardar hasta unos 1500 ejemplares.
  • Puedes elegir el tamaño de las letras, por aquello de la vista cansada.
  • No necesitas marcadores para saber por dónde te llegas.
  • Una vez que la batería está cargada dura casi tres días.
Inconvenientes:
  • Lo llevas a cualquier sitio pero con riesgo a que se estropee por factores externos: agua, calor, arena, …
  • Su tacto es frío y menos ergonómico que el de papel.
  • Produce ciertos calambres cuando lo usas durante largo tiempo, (al menos a mí).
  •  Si te quedas sin batería necesitas un enchufe y un cargador o un cargador y un ordenador portátil.
  • Con lo que pagas de su adquisición tienes para comprarte unos cuantos libros de papel, me atrevería a decir que más de media docena.
En cuanto a precios, yo creo que invertir en libros nunca es caro, pero son similares en precio tanto los de papel como los que se compran para cargar en los e.readers o lectores electrónicos, por aquello de que ya tenemos bastantes anglicismos en nuestro país.
Advertencia:
-          Lo más importante es no olvidarnos de la lectura, elijamos el soporte que elijamos.
-          En mi humilde opinión la ignorancia perjudica seriamente la salud, mientras que el leer no llena de sabiduría y conocimiento, abriéndonos nuevas ventanas al futuro.

jueves, 21 de noviembre de 2013

MERMELADA DE MANZANA Y ZANAHORIA.



Por vez primera, y como ya no he encontrado melocotones por haber terminado su temporada, he hecho una mermelada con dos ingredientes que tenía en casa: manzanas reinetas, (que me han regalado) y zanahorias, (que se estaban quedando secas). Os aseguro que el resultado ha sido estupendo, o más bien magnífico.



Ingredientes:
  • 3 manzanas reinetas.
  • 3 zanahorias.
  • 1 decilitro de agua.
  • Medio kilo de azúcar blanquilla, (aquí sospecho que incluso sería mejor azúcar moreno).
  • El zumo de medio limón.

Proceso:
  1. Lavar enérgicamente las manzanas y las zanahorias, y cuando digo enérgicamente quiero decir frotando muy bien. Posteriormente secar con un papel de cocina.
  2. Descorazonamos las reinetas, eliminando de esa forma semillas y rabos.
  3. Con un cuchillo eliminamos los extremos de las zanahorias.
  4. Troceamos en un bol las manzanas y zanahorias similares a los trozos que muestro en la foto. Sé que alguien esta pensando en pelar las piezas tanto de fruta como de hortalizas, y he de decir que es un grave error pues eliminaríamos la pectina, que es un gran espesante.
  5. En mi experiencia se han obtenido: 338 gramos de manzana y 240 gramos de zanahoria, lo que equivale a 578 gramos.

Proceso:

  1. Ponemos en la olla el decilitro de agua y los trozos de manzana y zanahoria, cerramos la olla y  ponemos a fuego fuerte, cuando suban las rayas de la misma apagamos y esperamos a que pierda la presión para poder abrirla.
  2. Abrimos la olla y añadimos el azúcar.
  3. Batimos con la batidora.
  4. Poner la olla nuevamente destapada con la mezcla a fuego medio y moviendo con una cuchara de madera sin parar, hasta conseguir la espesura o densidad deseada. (A mí con 10 minutos se me ha quedado muy espesa).
  5. Retirar del fuego y añadir al zumo del medio limón, removiendo para que se mezcle de forma homogénea
  6. Echar en un boto o botes de cristal, que estén perfectamente limpios y secos.
  7. Una vez fríos, (siempre en menos de dos horas), tapamos y guardamos en la cámara frigorífica.
Resultado y coste:
Un tarro de 750 gramos de excelente mermelada.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

JABÓN "LAGARTO"


Hace cosa de un mes he vuelto a mi actividad saponificadora, y en esta ocasión cambiando la alquimia he logrado hacer el clásico jabón “lagarto”, ya sabéis ese que es marrón en lugar de blanco, y os voy a escribir como hice.

Los útiles empleados los mismos que en ocasiones anteriores, que podéis consultar en mis antiguas publicaciones.

 
Ingredientes:

  • 25 gramos de agua del grifo a temperatura ambiente.
  • 25 gramos de sosa cáustica en gránulos.
  • 150 gramos de aceite de oliva.

Proceso:

  1. En un recipiente, que no sea metálico,  se pone el agua y la sosa, y casi sin mezclar, sólo moviendo suavemente el cuenco, llevando cuidado de no salpicar, añadir el aceite o grasa usada.
  2. Remover con un palo de madera hasta que se vaya espesando, cuando se fue quedando frío, metí la batidora “a toda máquina”, y en cuestión de diez minutos estaba la mezcla con una densidad formidable.
  3. Verter en los recipientes o moldes, esta vez he usado tarros de margarina vacíos, que he decidido tener en la trastienda bien apilados para esta cuestiones, y por mi empeño en ahorrar envases o de hacer basuras innecesarias.
  4. Pasado día y medio los desmoldé, y en la foto tenéis el resultado.