Siempre se ha dicho que más vale prevenir que curar, y qué cierto es.
Si tenéis lanas o jerséis muy viejos, siempre tenemos la opción de
deshacerlos, lavar su lana y cuando esté limpia y seca volver a tejer un nuevo
modelo, ¡Qué útil y servicial es la lana, cuando es pura! Y ¡Cómo regula la
temperatura de los individuos!
Como dije cuando me animé a emprender este humilde blog, me gustaría
enseñaros todos mis ensayos, pero me siento incapaz de explicar cómo se hace
punto, yo aprendí cuando era niña y aún lo recuerdo.
A quienes sepáis “hacer punto”, y os falte dinero y os sobre tiempo,
os invito a que no os dejéis llevar por las gangas comerciales de los jerséis
que llevan cualquier tipo de tejido menos lana, porque si son de lana pura a
precio de chollo pensad en la explotación laboral que habrá existido en su
elaboración, así que mejor será que nos los tricotemos nosotros.
A quienes no sepáis “hacer punto” os convido a que aprendáis, haréis
felices a alguna persona mayor, haciendo que se sienta valiosa al enseñaros y
vosotros sentiréis orgullo al conseguir aprender.
Aquí os dejo las fotos de mis nuevos jerséis, eficientes contra el
frío, recién fabricados. Y como el “mérito” no es sólo mío, os diré que el de
color blanco con rayas grises lo ha tejido mi madre, (con la mayor ilusión del
mundo) y el rojo de “ochos” lo ha hecho “la menda” en sus ratos de relax.
Y así “tacita a tacita” ya tengo con qué ataviarme para el crudo
invierno vallisoletano.
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